Al hablar de basquet, a muchos de nosotros se nos viene a la mente el eterno Manu Ginobili, el bahiense marcó un antes y un después para los argentinos en la élite norteamericana pero sin dudas el más grande en la historia de este deporte es Michael Jordan.
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El campeón seis veces de la NBA, seis veces MVP de finales, dos veces campeón olímpico con Estados Unidos, dijo adiós de forma definitiva a sus 40 años y siendo amado por todo el mundo. Tras una extensa carrera y grandes logros, Jordan es recordado como el mejor en la historia de este deporte.
Air Jordan, como fue apodado por sus grandes condiciones para saltar y “volar” por los aires,
deslumbró al mundo con la camiseta de los Chicago Bulls durante trece temporadas entre 1984 y 1998. Luego de su primer tricampeonato NBA, entre el ’93 y 95’, Michael decidió descansar un poco y la muerte de su padre lo llevó nuevamente a las canchas.
La vuelta sería con todo y conseguiría nuevamente un tricampeonato junto al bloque Pippen-Rodman-Phil Jackson. Y diferencias con el dueño de los Bulls de ese momento, Jerry Reinsdorf, lo llevaron a abandonar la institución para siempre y un segundo retiro de la actividad.
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El 2001 fue el año de su última vuelta al basquet. Los Washington Wizards serían su casa y lo llevarían por todo Estados Unidos recibiendo ovaciones hasta la inolvidable noche en Filadelfia en 2003.
Allí, un 16 de abril, Michael diría adiós para siempre. MJ dejó un legado inquebrantable en el deporte y hasta hoy, nadie pudo superar lo hecho por el escolta de Brooklyn.
Mike será eterno y se recordará por siempre.
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